Huevos rancheros

El desayuno no es la comida más importante del día: ese es un mito originado durante la revolución industrial, en el que convergen el fanatismo religioso y la industria alimentaria. Casi todos los mitos de la salud y la alimentación tienen un trasfondo relacionado con dinero, con lobby y con intereses particulares de grupos específicos. Y bueno, quizás el desayuno no sea tan importante como nos han hecho creer a lo largo de la historia, pero muchas personas somos de la opinión de que el desayuno es la comida más rica del día. Algunas, incluso, desayunamos varias veces dependiendo del tiempo y el antojo.

Tal vez tiene que ver con la versatilidad tan particular del menú: cualquier cosa a la que le pongamos huevito se convierte en desayuno, desde un pedazo de pizza del día anterior hasta un gallo de chicharrón. Como buena fan de desayunar que soy, siempre ando buscando cosas ricas para poner en el plato a la hora de hacer la primera comida del día. Y como ustedes me caen muy bien, les voy a compartir una receta muy deliciosa, aprovechando para recomendarles una de las últimas conservas que Graham preparó para nuestro stand en la feria: una salsa agripicante de tomate que está deliciosa.

Para hacer un buen huevo ranchero necesitamos dos ingredientes básicos: un huevo fresco, de buena calidad, y una salsa que posea el picorcito necesario para despabilar el paladar sin maltratarlo, ojalá preparada con ingredientes frescos, para que así de una vez cubramos parte de la cuota de vegetales del día.

Sacar el ratito para comer bien por la mañana es muy gratificante, y tal vez en ese sentido el desayuno sí sea una comida muy importante: la que nos ayuda a comenzar el día con una rutina de autocuido, haciendo una pausa antes de arrancar con todo.

Huevos rancheros

Dificultad: baja Tiempo de preparación: 15 minutos Rinde: 2 porciones

Ingredientes:

2 tortillas de maíz caseras, gruesitas

4 rebanadas de queso maduro

1 taza de frijoles arreglados

4 huevos frescos

3/4 de taza de salsa agripicante de tomate*

Cebollín picado y culantro al gusto

Preparación:

Comenzá calentando las tortillas en una sartén, a fuego bajo. En otra sartén pequeña, salteá los frijolitos (los podés arreglar al momento con cebolla, ajo y chile dulce, y una pizca de café). Retira los frijoles del fuego y reservá hasta el momento de usar. A continuación, volteá las tortillas en la sartén, y sobre la cara caliente coloca el queso para que se comience a derretir.

Mientras se derrite el queso, cocina los huevos a tu gusto, dos para cada porción. Por último, calentá la salsa en una olla pequeña. Ahora dale vuelta de nuevo a las tortillas de manera que el queso quede de cara a la sartén para que se funda y haga costrita, con cuidado de que no se queme.

Para emplatar, colocá cada tortilla sobre un plato y distribuí los frijoles en partes iguales sobre cada una. Sobre los frijoles coloca los huevitos y los cubrís con la salsa. Decorá con cebollín y culantro, y listo: ñom, ñom. Podés agregar natilla, aguacate o tocineta por encima, para que te quede todavía más rico, pero así solito es una delicia.

Contános en los comentarios de redes sociales cómo te fue con la preparación <3

* La salsa agripicante la tenemos a la venta los miércoles y jueves en la Feria del Productor Generaleño en San Isidro del General. Podés encargar la tuya al teléfono 8678 0777

Previous
Previous

Ser muy optimista

Next
Next

Apagar las luces